Los campos de radiofrecuencia (RF) se utilizan a menudo en las comunicaciones modernas. Las fuentes más conocidas son los teléfonos móviles, los teléfonos inalámbricos, las redes locales inalámbricas y las torres de transmisión de radio. También utilizan campos de radiofrecuencia los escáneres médicos, los sistemas de radar y los hornos microondas. Las radiofrecuencias van desde los 100 kHz a los 300 GHz.
Cuando se expone a campos de radiofrecuencia, el cuerpo absorbe una parte de su energía. No es fácil saber exactamente cuánta energía de radiofrecuencia absorbe cada día una persona, ya que el nivel de exposición depende de muchos factores, sobre todo de la distancia que la separa de las diversas fuentes y de la duración de la exposición. La intensidad de campo o la cantidad de energía que éste transmite disminuye rápidamente al aumentar la distancia, lo que significa que una persona puede absorber más energía de un dispositivo utilizado muy de cerca (un teléfono móvil, por ejemplo) que de una fuente más potente, como una torre de transmisión de radio que esté más lejos.
2.1 La Unión Europea ha establecido unos límites de seguridad para la exposición a campos de radiofrecuencia. Respecto a los teléfonos móviles, estos límites se expresan en términos de la energía que absorbe la cabeza, la parte del cuerpo más expuesta durante el uso. Otros dispositivos inalámbricos utilizados de cerca, como las redes informáticas y los teléfonos inalámbricos, también generan ondas de radio, pero la intensidad de la exposición a estas fuentes suele ser menor que la de los teléfonos móviles.
2.2 Las estaciones base de telefonía móvil y las torres de transmisión de radio son estructuras que actúan como soporte de las antenas transmisoras de señales de radio. Como la intensidad de campo disminuye rápidamente con la distancia, la mayoría de la gente está expuesta a sólo una fracción del límite máximo recomendado. Las personas que viven o trabajan cerca de torres de transmisión son las más expuestas, dado que es allí donde los campos son más fuertes.
2.3 En medicina se utilizan campos de radiofrecuencia fuertes para calentar los tejidos corporales, a fin de calmar el dolor o destruir células cancerosas. Dichos campos se utilizan también para obtener imágenes del cerebro y otras partes del cuerpo por resonancia magnética (IRM). La exposición de los pacientes o del personal sanitario podría superar los límites de seguridad normales para la población general.
Obtenido de: http://copublications.greenfacts.org/es/campos-electromagneticos/index.htm#2
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